La creación de una nueva variedad es un fascinante proceso que demanda cinco años de dedicación y minuciosidad. Esta travesía se divide en dos fases, su fase sexual, donde se cruzarán dos plantas parentales para obtener “hijas” con caracteres genéticos de ambas; y su fase asexual, donde la planta “hija” es multiplicada vegetativamente, a través de la recolección y siembra de esquejes.
Todo comienza con la selección cuidadosa de las plantas parentales, tomadas de nuestro banco genético exclusivo, que alberga más de 3.000 variedades, algunas mantenidas por más de 50 años por guardar características genéticas únicas. Esta colección, meticulosamente documentada por nuestro equipo de investigación y desarrollo, es la fuente de inspiración para el inicio de esta emocionante travesía. Las plantas parentales son escogidas con base en sus características físicas y alineándolas con los criterios específicos que buscamos en la nueva variedad.
Una vez seleccionadas y sembradas, las plantas parentales son llevadas a florecer. En este momento, se procede a la recolección del polen de la flor designada como padre y a la preparación de los ovarios de las flores que cumplirán el rol de madres, culminando con su polinización. Tras este proceso, aguardamos la fertilización, que finaliza con la formación de semillas. Cada ovario fertilizado produce entre 1 y 10 semillas. Una vez germinadas, estas semillas son sembradas y, tras 35 días, se convertirán en plántulas listas para ser trasplantadas en nuestro invernadero de selección del primer año. En esta fase, generamos un total de 50000 semillas por año, cada una de ellas dando origen a una plántula, que representa una variedad única. El crecimiento de la planta se extiende por seis meses antes de iniciar la fase de floración.
En este momento empieza el proceso crucial de selección de las nuevas variedades. Durante los siguientes cuatro meses, nuestro equipo de investigación y desarrollo observa con detalle la floración y selecciona cuidadosamente los individuos que destacan por cumplir los requisitos técnicos y estéticos en línea con las tendencias del mercado.
Las flores resultantes son cosechadas y observadas en nuestro laboratorio de floreros, permitiéndonos visualizar el potencial estético de cada variedad. Así culmina el primer año de selección.
Solo alrededor del 1% de las variedades sembradas superan la selección del primer año, avanzando a los ensayos del segundo año. En esta etapa, las variedades seleccionadas son multiplicadas vegetativamente y sembradas en pequeños lotes para evaluar criterios de ciclo, productividad, calidad, sensibilidad a factores ambientales y culturales y comportamiento en florero. Del lote inicial, aproximadamente el 0.3% avanzarán a las pruebas del tercer año, en las cuales se incrementa el rigor del criterio de selección. En las pruebas del tercer año se compararán las nuevas variedades con similares exitosas comercialmente, para observar mejoras que valgan la pena en las nuevas variedades. Solo el 0.06% pasará estas pruebas para llegar al cuarto año. En esta fase, se lleva a cabo una prueba a escala semicomercial, aprovechando la sinergia con nuestra compañía hermana Geoflora SAS. El equipo técnico de Geoflora evalúa el potencial comercial de cada variedad, otorgando una retroalimentación invaluable para el programa de fitomejoramiento de SB Talee.
Finalmente, las variedades que superen las pruebas del cuarto año son las elegidas para ser comercializadas y se suman con orgullo a nuestro catálogo comercial, después de recibir un nombre que las identificará en el mercado. Este viaje de creación y dedicación nos permite ofrecer variedades únicas y excepcionales que enriquecen nuestro compromiso con la innovación y la calidad.
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